En el no amor todo es ridículo, cursi y obsceno”
Mario Benedetti
Cuando pensamos en esta sociedad en la que estamos inmersos, inmediatamente el imaginario que aparece en nuestras mentes es desesperanzador. Colmado de injusticias sociales y espirituales, lleno hasta el borde de desamor y manchado por los filos de codicia.
Como relata Galeano, el miedo se ha apoderado de la sociedad contemporánea y todos le temen a todo y al otro, convirtiéndonos a todos en un peligro para la sociedad. En este cemento apilado carente de ventanas de aire al que llamamos hogar, el miedo es el pan de cada día; la televisión relata sangrientos ajusticiamientos callejeros, bandas de delincuentes cruentos y las “heroicas” intervenciones extranjeras en países aun menos desprovistos que el nuestro; “en un mundo que prefiere la seguridad a la justicia, hay cada vez más gente que aplaude el sacrificio de la justicia en los altares de la seguridad” . Es para nosotros extremadamente sorprendente la tranquilidad que le puede traer a algunas conciencias la muerte de otro ser humano.
Es precisamente aquí, en estos escenarios, donde entran los tan necesarios poetas. Los que dibujan palabras en muros blancos de inconsciencia. Aquellos que sintetizan en un verso la realidad que nos azota sin que nos demos cuenta. Los que le bailan una sonrisa al niño de los zapatos rotos. Los que le ponen alas a la mujer que vende amores en las esquinas y sueños a las que esconden un moretón bajo la chalina. Esos que nos dejan hacer el amor entre barrotes y la paz en medio de tanta guerra. Ellos son los imprescindibles.
“Si se calla el cantor calla la vida porque la vida misma es todo un canto...si se calla el cantor muere de espanto, la esperanza, la luz y la alegría” .
El valor de la palabra en los tiempos de austeridad y terror, que últimamente son todos, es mayor de lo que realmente se reconoce. Es a partir de la palabra que se transforma la realidad, que se matiza y se sensibiliza las conciencias. “La palabra es una poderosa herramienta que puede cambiar nuestro mundo” (William Golding), es por esto que de una u otra forma, la palabra es para el mundo una acercamiento a la susceptibilidad del hombre (como especie no como genero) y lo acerca al más allá y más acá de las cosas, de las realidades y las percepciones.
Que este pequeño ensayo sea una celebración a la palabra, al verso y a la canción. “Hagamos el amor en los ómnibus y en las plazas” (Facundo Cabral)
TU ME QUIERES BLANCA
Alfonsina Storni
Tú me quieres alba,
Me quieres de espumas,
Me quieres de nácar.
Que sea azucena
Sobre todas, casta.
De perfume tenue.
Corola cerrada
Ni un rayo de luna
Filtrado me haya.
Ni una margarita
Se diga mi hermana.
Tú me quieres nívea,
Tú me quieres blanca,
Tú me quieres alba.
Tú que hubiste todas
Las copas a mano,
De frutos y mieles
Los labios morados.
Tú que en el banquete
Cubierto de pámpanos
Dejaste las carnes
Festejando a Baco.
Tú que en los jardines
Negros del Engaño
Vestido de rojo
Corriste al Estrago.
Tú que el esqueleto
Conservas intacto
No sé todavía
Por cuáles milagros,
Me pretendes blanca
(Dios te lo perdone),
Me pretendes casta
(Dios te lo perdone),
¡Me pretendes alba!
Huye hacia los bosques,
Vete a la montaña;
Límpiate la boca;
Vive en las cabañas;
Toca con las manos
La tierra mojada;
Alimenta el cuerpo
Con raíz amarga;
Bebe de las rocas;
Duerme sobre escarcha;
Renueva tejidos
Con salitre y agua;
Habla con los pájaros
Y lévate al alba.
Y cuando las carnes
Te sean tornadas,
Y cuando hayas puesto
En ellas el alma
Que por las alcobas
Se quedó enredada,
Entonces, buen hombre,
Preténdeme blanca,
Preténdeme nívea,
Preténdeme casta.
HOMBRE QUE MIRA AL CIELO
Mario Benedetti
Mientras pasa la estrella fugaz
acopio este deseo instantáneo
montones de deseos hondos y prioritarios
por ejemplo que el dolor no me apague la rabia
que la alegría no desarme mi amor
que los asesinos del pueblo se traguen
sus molares caninos e incisivos
y se muerdan juiciosamente el hígado
que los barrotes de las celdas
se vuelvan de azúcar o se curven de piedad
y mis hermanos puedan hacer de nuevo
el amor y la revolución
que cuando enfrentemos el implacable espejo
no maldigamos ni nos maldigamos
que los justos avancen
aunque estén imperfectos y heridos
que avancen porfiados como castores
solidarios como abejas
aguerridos como jaguares
y empuñen todos sus noes
para instalar la gran afirmación
que la muerte pierda su asquerosa puntualidad
que cuando el corazón se salga del pecho
pueda encontrar el camino de regreso
que la muerte pierda su asquerosa
y brutal puntualidad
pero si llega puntual no nos agarre
muertos de vergüenza
que el aire vuelva a ser respirable y de todos
y que vos muchachita sigas alegre y dolorida
poniendo en tus ojos el alma
y tu mano en mi mano
y nada más
porque el cielo ya está de nuevo torvo
y sin estrellas
con helicóptero y sin dios.
ORACIÓN POR MARILYN MONROE
Ernesto Cardenal
Señor
recibe a esta muchacha conocida en toda la Tierra con el nombre de Marilyn Monroe,
aunque ése no era su verdadero nombre
(pero Tú conoces su verdadero nombre, el de la huerfanita violada a los 9 años
y la empleadita de tienda que a los 16 se había querido matar)
y que ahora se presenta ante Ti sin ningún maquillaje
sin su Agente de Prensa
sin fotógrafos y sin firmar autógrafos
sola como un astronauta frente a la noche espacial.
Ella soñó cuando niña que estaba desnuda en una iglesia (según cuenta el Times)
ante una multitud postrada, con las cabezas en el suelo
y tenía que caminar en puntillas para no pisar las cabezas.
Tú conoces nuestros sueños mejor que los psiquiatras.
Iglesia, casa, cueva, son la seguridad del seno materno
pero también algo más que eso...
Las cabezas son los admiradores, es claro
(la masa de cabezas en la oscuridad bajo el chorro de luz).
Pero el templo no son los estudios de la 20th Century-Fox.
El templo —de mármol y oro— es el templo de su cuerpo
en el que está el hijo de Hombre con un látigo en la mano
expulsando a los mercaderes de la 20th Century-Fox
que hicieron de Tu casa de oración una cueva de ladrones.
Señor
en este mundo contaminado de pecados y de radiactividad,
Tú no culparás tan sólo a una empleadita de tienda
que como toda empleadita de tienda soñó con ser estrella de cine.
Y su sueño fue realidad (pero como la realidad del tecnicolor).
Ella no hizo sino actuar según el script que le dimos,
el de nuestras propias vidas, y era un script absurdo.
Perdónala, Señor, y perdónanos a nosotros
por nuestra 20th Century
por esa Colosal Super-Producción en la que todos hemos trabajado.
Ella tenía hambre de amor y le ofrecimos tranquilizantes.
Para la tristeza de no ser santos
se le recomendó el Psicoanálisis.
Recuerda Señor su creciente pavor a la cámara
y el odio al maquillaje insistiendo en maquillarse en cada escena
y cómo se fue haciendo mayor el horror
y mayor la impuntualidad a los estudios.
Como toda empleadita de tienda
soñó ser estrella de cine.
Y su vida fue irreal como un sueño que un psiquiatra interpreta y archiva.
Sus romances fueron un beso con los ojos cerrados
que cuando se abren los ojos
se descubre que fue bajo reflectores
¡y se apagan los reflectores!
Y desmontan las dos paredes del aposento (era un set cinematográfico)
mientras el Director se aleja con su libreta
porque la escena ya fue tomada.
O como un viaje en yate, un beso en Singapur, un baile en Río
la recepción en la mansión del Duque y la Duquesa de Windsor
vistos en la salita del apartamento miserable.
La película terminó sin el beso final.
La hallaron muerta en su cama con la mano en el teléfono.
Y los detectives no supieron a quién iba a llamar.
Fue
como alguien que ha marcado el número de la única voz amiga
y oye tan solo la voz de un disco que le dice: WRONG NUMBER
O como alguien que herido por los gangsters
alarga la mano a un teléfono desconectado.
Señor:
quienquiera que haya sido el que ella iba a llamar
y no llamó (y tal vez no era nadie
o era Alguien cuyo número no está en el Directorio de los Ángeles)
¡contesta Tú al teléfono!
REBELDÍA EN MIERDA ALTO
Patricio Aguirre Negrete
La gente no te escucha
O se canso de escuchar
Te menosprecia, te olvida
Te quedas encerrado en una materia
De papeles blancos
Imposibles de escribir o dibujar
Y comienzas de a poco a dejar
De ser palabra
O pintura
O dibujo
O movimiento
O será que el movimiento
Empieza a huir de ti
Y qué más da
Qué más da ser lo que eres
Si en la cama en la que estas
No llegas a ningún lugar
La mente no encuentra la luz
Y te hallas cegado
Qué será que soy ahora
Ojala no sea un eco
Ojala no
No algo que se vaya repitiendo
Y muera en el silencio agotado
Imposiblemente frágil de una cueva
Tampoco una roca cayendo
Al vacio perenne del abismo
De la sombra
Repitiendo la constancia de morir
De sentir el vacio
Es eso
El vacio
Grupo3, Diana Almeida y Sebastián Manríquez